Estamos en la cuenta atrás para dejar el invierno. Estamos a punto de franquear el umbral de los días grises, apagados, lluviosos y con mucho frío.Esta semana, el tiempo meteorológico, nos ha dado tregua aparcando tales días.
Hemos tenido una semana de sol casi desde que se sale hasta el atardecer donde se ve con más claridad, más luz, más intensidad.
Los campos y praderas nos ofrecen un aperitivo de lo que serán cuando comience la primavera. Ya se van tiñendo de un verde esperanzador, comienzan a salir las flores más bellas dándole colorido al paisaje, el trigo, cebada, han comenzado a brotar para cuando llegue su época de recogida, haciendo de todo ello un paisaje puro y sano. Ya los pájaros cantan con más alegría.Todo ello, gracias a la cantidad de litros de agua que han caído en comparación con el año pasado.
Ya se va notando el fervor de la gente, los niños con sus juguetes en los parques y paseos. ¿Y, es que acaso, no es bonito y bello todo lo que vivimos, todo lo que la vida y la naturaleza nos ofrece? Cada paisaje, con su encanto diferente.
Por eso, yo no me cansaré de dar gracias por un día más de vida, por un día más de experiencia, por un día más de aprendizaje, de sentir emociones, de dialogar, ver, escuchar, andar…. Y es que, a veces nos olvidamos de tantas y tantas cosas… que son dignas de agradecer.
