9 de enero de 2010

Premio a la Creatividad

Hace varios días se me otorgó un premio el cual ahora es que he podido colgarlo.

Este premio ha sido entregado por Carrachina cuyo blog es http://lacpulaverde.blogspot.com
Es un premio dedicado a la creatividad y dedicación durante todo el 2009.



Agradezco el recibimiento de este premio y con ello, le hago entrega a:

http://marsolana.blogspot.com/

http://bcarolinasalas.blogspot.com/

http://mirtapagola.blogspot.com/

http://eluniversodearwen.blogspot.com

http://horoscopia.blogspot.com/

5 de enero de 2010

2010 Latido Mundial

Únete al LATIDO MUNDIAL que el 1 de enero de 2010 ha empezado a sonar. Hagamos latir al unísono los corazones de miles personas de todo el mundo. Difunde este vídeo por todos los medios a tu alcance...

1 de enero de 2010

FELIZ 2010

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¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO 2010!!!


Para los buenos momentos gratitud,
para los malos, esperanza
para cada día, una ilusión
y para hoy, mañana y siempre
mucha salud, amor y prosperidad

30 de diciembre de 2009

HISTORIA DE LAS 12 UVAS PARA EL AÑO NUEVO

La noche del 31 de diciembre es para muchos la despedida de un año viejo y la espera de uno nuevo, en múltiples hogares se reúnen las familias y los amigos para realizar esta espera que culminará cuando el reloj haya marco la media noche.
Alrededor de esta gran costumbre que se festeja en la diversidad de los países occidentales, giran una serie de elementos que aparentemente no pueden estar “ausentes” de la reunión-cena de año nuevo, y uno de ellos, quizá el más emblemático es la presencia de las uvas en la mesa. Las cuales se comen una uva por cada campanada que se escucha en la entrada del año nuevo.
Pero está es una de las tantas supersticiones que giran alrededor del año nuevo, no obstante, no es una costumbre o un rito actual que se haya masificado a través de los medios de comunicación, si bien estos han colaborado en los últimos tiempos para seguirlo trasmitiendo; el comer 12 uvas ha sido una tradición que ha caminado a través del recurso oral de las generaciones.

Se ha narrado que quien como las uvas a tiempo tendrán un año de prosperidad y de suerte, si bien el fruto es muy rico y de temporada, no tiene en su esencia el poder otorgar ciertas cosas que el hombre tiene que ir conquistando al paso de su vida. Cuenta una de las historias que las uvas comenzaron a rodearse de un extraño misticismo cuando en los viñedos de alicantino, - primera década del siglo XX- se produjo un excedente de este fruto y la industria necesitó impulsar mitos que sostuvieran su economía, y aún en principios del tercer milenio muchos individuos siguen está tendencia, de superstición, misticismo y enajenamiento.

La tradición del comer uvas para la buena suerte nos es traída por parte de los conquistadores españoles, sin embargo, alrededor de la uva existe toda una historia que no sólo implica a España y a su gente y que va mucho más allá de la superstición y que involucra la llegada de este fruto a la civilización.
Su origen se encuentra en Asia Menos, cultivada alrededor del año 3500 a. C., en la región del Mar Caspio. Se trata de uno de los alimentos míticos de los países mediterráneos, primero se ubica en Fenicia, luego de allí llega a Grecia cuna de nuestra civilización, a Italia y al sur de Francia.
No se tiene la certificación del por qué de 12 uvas, algunos las relacionan con las doce campanadas, otros con los doce meses del año. Lo que es innegable es que este fruto se ha utilizado como un elemento más de la cábala en la que el hombre ha caído y ha depositado su energía y muy riesgosamente hasta su fe.

En los tiempos actuales el consumo masivo del fruto ha sido incrementado debido a ese tipo de creencias, los costos se acrecientan de forma impredecible y la gente hace todo un esfuerzo porque en la noche del 31 de diciembre existan las “uvas de la buena suerte”.
Alrededor de toda esta creencia no existe un verdadero sentido religioso en donde se agradezca a Dios que se ha terminado un ciclo más de la vida que le ha dado al hombre. Este es el verdadero sentido para pensar la noche en que despedimos un año y recibimos otro.